Enamórate de los días con sus respectivas noches, de las horas imposibles, del calor del mediodía, de la humedad de las cuatro de la tarde y del silencio justo antes de las seis.
Foto: Pexels
Enamórate de lo absurdo, de los sueños imposibles, de las palabras que no existen, de los ojos que se cierran para mirar mejor.
Enamórate de esas sonrisas que firman acuerdos de paz con aquellos corazones que no recuerdan cómo latir.
Enamórate del perro que encuentras a diario en la esquina de tu casa, de las manos arrugadas del abuelo, de los ojos de tu madre y de los gritos sin sentido de tus hermanos. Enamórate de la música, de la poesía que en ella habita, de las crónicas que nos regala, de los corazones rotos que en ella bailan.
Enamórate de los caminos, de las huellas que nadie ve, del pasado implícito, del presente explícito y del futuro que se esconde en medio de dos signos de interrogación.
Enamórate de las travesuras nocturnas de tus gatos, de sus juegos maratónicos hasta el amanecer, de sus mordiscos que son la alarma que te pone en pie a las seis de la mañana, y de la rutina esa en la que alimentarlos es lo primero que haces cada vez que brilla el sol.
Enamórate de los días con sus respectivas noches, de las horas imposibles, del calor del mediodía, de la humedad de las cuatro de la tarde y del silencio justo antes de las seis.
Enamórate de esa hoja que ha caído cuando pasabas por el parque, del charquito donde se reflejan hasta las sonrisas de los insectos, de esa mariposa que se ha posado en tu hombro y del viejo radio que le anuncia a todos los presentes que no hay mayor cosa bonita cuando se miran dos.
Enamórate de la vida que es solo una, que es prestada, que el tiempo pasa y no nos damos cuenta, que llegará el día en el que cerrarás los ojos por un momento y ya no podrás abrirlos, y ya no podrás andar, ya no podrás bailar, ya no podrás amar. Y no hay nada más triste y falto de poesía que irse de este mundo sin haber sentido amor.
Comments